Me gusta que la gata venga por las
mañanas rogando caricias sin permitirme dar un paso. Los días de
lluvia cuando hueles la tierra y te mojas la cara cerrando los ojos.
El ruido de las zanahorias al morderlas con los dientes, Asleep de
los Smiths, correr por el bosque sin saber donde. Salibar al mirar
guindillas, pedir deseos cuando pasan trenes, las miradas lascivas,
la yema del huevo, el olor a otro en tu propia piel. Los sábados que
dictan libertad, las pupilas dilatadas, el pelo rapado. Las orquídeas
moradas y los pingüinos bebés que llevan sus padres entre las
patas. Me gusta el jamón serrano con pan y tomate, la hierba entre
los dedos de los pies, las esposas, los rizos salvajes y flexibles,
los dedos por la espalda que erizan la piel. Que me susurren al oído
cosas íntimas, cualquier verso de Milan Kundera, cualquier fémina
dibujada por Klimt. Islandia, las croquetas de mi madre, pensar que
para las personas no es más importante el aspecto que la
personalidad. Los vinilos, los hoyuelos en las mejillas, las líneas
curvas, los piercings, los gatos sin pelo, Mujer contra mujer de
Mecano, recibir un abrazo de vez en cuando de alguna persona
especial. Los escotes prominentes, el cine de Ingmar Bergman, el
sabor de los cítricos, el agua en la piel. Los edificios de Frank
Gehry, el sonido del dialecto tirolés, aliento en mi cuello, la
misantropía, los besos eternos de los peces abisales, El lobo
estepario, chupar la sal de la piel antes de un tequila, besarse en
el metro, erizos hechos bola, Annie Hall, poner una capa de cola
sobre la piel y arrancarla cuando se ha secado, las pelirrojas, los
girasoles, las sombras en el atardecer.
Odio el olor de la coliflor cuando se
cuece, los hombres que van de machos, el fútbol, el 90% de los coches y el folio en
blanco. La arena de playa que se pega en todas partes, el humo en los
ojos, que me toquen en general. Que hagan comentarios sexistas,
quienes chupan la cuchara del café, los besos de vaca, que me miren
cuando como, meterme en la playa y rozar las algas, el color marrón,
quienes hablan de suicidio, la textura de las legumbres, Sputnik mi
amor de Murakami. El reggaeton, los que creen que ante una violación
la ropa de la víctima es determinante o que ella disfrutó. La
distancia emocional que separa a quienes se quisieron y ya no se
encuentran, las líneas rectas, Paulo Coelho, que me toquen el pelo -salvo en
momentos íntimos-,quienes te llaman nena o muñeca, las cosas
demasiado racionales, comer con cubiertos de plástico, acariciar
melocotones, los coches que hacen que te salpiquen los charcos, la
presión en las sienes, las tartas, los 40
principales, el foro de la familia, clavarme cristales, el
aborregamiento, la ropa interior de color carne, los masajes, los
cubatas, los políticos de España, deber formar una familia, crecer.
No tener cerca a quien quiero y buscar día tras día sin encontrar
nada sincero.
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