2 de junio de 2013

Mudando pieles

No dejo de sentir dolor. Y las lágrimas que antes era incapaz de derramar, ya brotan. Y los momentos y las palabras resuenan en mi mente sin cesar. Y veo lo que no quiero ver, lo que oculto, lo que duele. Lo que nadie debería vivir. Y reciclo sentimientos, y mudo pieles, y revivo para conseguir eliminar todo el veneno que hay en mí. Pero el veneno no se marcha sino que se intensifica, volviendo negras cada vez más partes, pudriendo cada zona a su paso. Eliminando esperanzas y ahogando con realidad. La realidad de saber que a nadie le importas, que vives en la nube de polvo que cuando las partículas se difuminan te muestra el desolador teatro de tu vida. Y estás ahí: sola, confusa, preguntándote cuanto tiempo has permanecido en el letargo sin ser consciente. ¿Cuanto tiempo ha pasado desde que alguien te dio un abrazo de verdad? no uno de esos que te dan los desconocidos borrachos cuando te meten la lengua hasta la campanilla. ¿Cuanto tiempo llevas sin pedir ayuda, pero gritándola con los ojos? ¿Cuanto tiempo hace que dejaste de intentar ser piedra siendo cristal, para acabar hecha trizas? ¿Cuanto tiempo llevas vagando en la órbita cementerio buscando un puto satélite difunto que se choque contra ti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario