2 de diciembre de 2012

Sonreir

Hace una semana, un mes, un año,  seguramente me hubiese descrito a mí misma como alguien plagado de heridas. Prácticamente hermética, inaccesible. Ahora mismo, intentado cambiar mi percepción de las cosas diría que soy alguien que cicatriza. Que aunque tenga en mi interior una caja infranqueable llena de cosas negras que soy incapaz de expresar con coherencia, todo mi tiempo, presente, pasado y futuro son simultáneos. Y sé que aunque ahora mismo nada tenga sentido, un día dejaré de tener frío. Dejaré de llorar sin poder decir el motivo, dejaré de tener miedo. Y podré VOMITAR las palabras que tanto me desangran.
Ahora mismo solo yo manejo mi destino y yo decido que aunque no puedo sacarlo de mí ni omitir su existencia, no va a condicionar todo mi mundo.
Y las malditas lágrimas se irán, porque aunque la vida no me sonría, yo a ella sí.


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