1 de enero de 2013

Lobo estepario

Autorretrato 2009. Collaje
Ahora bien, a nuestro lobo estepario le ocurria, como a todos los seres mixtos, que, en cuanto su sentimiento, vivía naturalmente unas veces como lobo, otras como hombre, pero cuando era lobo, el hombre que había en su interior estaba siempre al acecho observando, enjuiciando y criticando, y en las épocas que era hombre hacía el lobo el otro tanto. Por ejemplo cuando Harry en su calidad de hombre tenía un bello pensamiento, o experimentaba una sensación noble y delicada, o ejecutaba una de las llamadas buenas acciones, entonces el lobo que llevaba dentro enseñaba los dientes, se reía y le mostraba con sangriento sarcasmo cuán ridícula le resultaba toda esta distinguida farsa a un lobo de la estepa, a un lobo que en su corazón tenía perfecta conciencia de lo que le sentaba bien, que era trotar solitario por las estepas, beber a ratos sangre o cazar una loba, y desde el punto de vista del lobo toda acción humana tenía entonces que resultar horriblemente cómica y absurda, estúpida y vana.
Pero exactamente lo mismo ocurría cuando Harry se sentía lobo y obraba como tal, cuando le enseñaba los dientes a los demás, cuando respiraba odio y enemiga terrible hacia todos los hombres y sus maneras y costumbres mentidas y desnaturalizadas. [...]
Por lo general era muy desgraciado, eso no puede negarse, y tambien podia hacer desgraciados a otros, especialmente si los amaba y ellos a él. Pues todos los que le tomaban cariño no veían nunca en él más que uno de los lados. Algunos le querían como al hombre distinguido, inteligente y original y se quedaban aterrados y defraudados cuando de pronto descubrían en él al lobo. Y esto era irremediable, pues Harry quería, como todo individuo ser amado en su totalidad, y no podía, por lo mismo, ante aquellos cuyo afecto le importaba mucho, esconder al lobo y repudiarlo. Pero había otros que precisamente amaban en el al lobo, precisamente a lo salvaje, indómito, peligroso y violento, y a estos a su vez les producia luego extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad.

El lobo estepario. Hermmann Hesse.



No hay comentarios:

Publicar un comentario